miércoles, 7 de mayo de 2008

Los conflictos de la guerra fria

Estudiantes de Geopolitica:
En el siguiente texto encontrarán aspectos relacionados con los últimos temas tratados en clase, deberan ser leidos para resolver taller en la clase del jueves 8 de mayo, tenga en cuenta los siguientes aspectos:
1. haga énfasis en los asuntos de América latina- Cuba y centro América.
2.El taller se realizará en el aula de clase en la hora respectiva y con el material respectivo.
3. Se entregará personal y fisicamente no via Correo electrónico.
4. La no asistencia a clase y su justificación debe ajustarse al reglamento institucional
5. Cualquier consulta sobre las temáticas la resuelvo via correo
La Guerra Fría: América Latina

La segunda guerra mundial dejó importantes consecuencias en los países que habían participado en Millones de muertos y desaparecidos, de los cuales muchos eran civiles; gente desplazada, en su gran mayoría de Europa de¡ este, al oeste; población hambrienta y con frío; destrucción de ciudades, algunas reducidas a escombros. Nada quedó sin ser afectado: ni puentes, ni ferrocarriles, ni caminos, ni transportes. La mano de obra se resintió y grandes extensiones de tierras se perdieron para el cultivo. La actividad industrial se atrasó, faltaban materias primas, herramientas apropiadas, tecnología moderna y energía.Ante esta realidad, Europa perdió su papel decisivo en la política internacional, y surgió entonces, un nuevo orden mundial representado por la hegemonía de los Estados Unidos y de la Unión Soviética, alrededor de los cuales, y formando dos bloques enfrentados, el bloque occidental y el bloque oriental, se alinearon los restantes países de¡ mundo. La tensión entre ellos, dio lugar a la llamada "Guerra fría" que dominó por completo las relaciones internacionales en la última mitad de¡ siglo XX.
Guerra Fría: La formación de los bloques
Luego de la guerra, tanto los Estados Unidos, como la Unión Soviética, no supieron ponerse de acuerdo acerca de la reordenación de¡ mundo, pues representaban dos formas de organización política, económica y social muy diferentes.Para los Estados Unidos, los gobiernos debían garantizar el ejercicio de las libertades individuales, la existencia de organizaciones políticas y sindicales y la libertad ideológica. Para la Unión Soviética, en cambio, se debía garantizar primeramente la igualdad de oportunidades y la justicia social. Luego sí, se tendrían en cuenta las libertades individuales.
Estas diferencias, al parecer irreconciliables, hicieron que generaciones enteras viviesen bajo la amenaza de una nueva guerra, ahora con armas nucleares, que arrasaría todo el planeta.
La URSS dominaba, con el apoyo de¡ Ejército Rojo y de partidos comunistas que eliminaron cualquier opositor, Polonia, Rumania, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria, Alemania Oriental, Albania y Yugoslavia. Los EE.UU., controlaron el resto de¡ mundo capitalista, el hemisferio occidental y los océanos, sin intervenir en la zona soviética. Los conflictos, ahora se producirían en las regiones pertenecientes a los antiguos imperios coloniales, cuyo fin, ya en 1945 resultaba inminente, sin que se conociese con claridad que orientación política iban a adoptar los nuevos estados postcoloniales. En Europa, la línea de separación de los bloques, se había trazado según los acuerdos de 1943-1945 llevados adelante por Roosevelt. Churchill y Stalin. Alemania quedó dividida en Oriental y Occidental, y lo mismo sucedió con su capital, Berlín.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, George Marshali, produjo un programa de ayuda para la reconstrucción de Europa. El Plan Marshali, otorgaba generosas líneas de crédito y donaciones a los Estados Europeos, a cambio de un cierto control por parte de los Estados Unidos. Esto permitió el crecimiento económico de casi dieciséis países que se repartieron aproximadamente trece mil millones de dólares. Al mismo tiempo, EE.UU. inició una dura crítica contra el comunismo.
El espionaje adquirió especial importancia, pero los servicios secretos de uno u otro bando, la KGB y la CIA, a pesar de involucrarse en operaciones complicadas y en asesinatos encubiertos, no tuvieron, salvo algunos casos aislados en países de¡ tercer mundo, un poder político real. Pero alimentaron la difusión de novelas de espionaje con audaces detectives como protagonistas, de los cuales, James Bond, será su máximo exponente.
La profunda división entre el bloque orienta¡ y occidental, se popularizó con el nombre de "telón de acero" (cortina de hierro). De un lado, los Estados Unidos y sus aliados en un acuerdo políticomilitar, la OTAN. De¡ otro lado, la URSS y sus aliados reunidos en un comité de información y defensa de sus intereses llamado COMINFORM, que dio lugar, posteriormente, a la creación de un mercado económico socialista, el COMECON, y de una alianza militar, EL PACTO DE VARSOVIA.
Cuando ambos bloques contaron con un extenso arsenal atómico, la guerra entre ellos, a pesar de ser utilizada como amenaza, hubiese resultado suicida.
Las guerras de la guerra fría
Sin embargo, tanto los Estados Unidos, como la Unión Soviética, se involucraron en distintas guerras, especialmente en aquellas que fueron llevadas adelante por países (ex colonias), surgidos luego de lograda su Independencia.
La guerra de Corea:
Antiguamente japonés este país habia sido dividido, al fin de la guerra, en dos zonas de ocupación ubicadas a ambos lados del paralelo 38 N, al norte, la soviética, al sur la norteamericana. Cuando retiraron las tropas, en lugar de producirse la unificación de ambas regiones, la división de Corea de consolidó. Cuando el norte quiso avanzar por la fuerza hacia el sur, el presidente de los EE.UU, Truman, decidió intervenir y envió tropas al mando del general Mc. Arthur, las que protagonizaron un gran enfrentamiento armado que se resolvió en 1953 con la firma del armisticio de Panmunjon, firmado en la Pagoda de la Paz, restableciendo las fronteras entre las dos coreas iniciales.
La guerra de lndochina:
La indochina francesa, integrada por Vietnam, Laos y Camboya, se dividió, luego de la Segunda Guerra mundial. En el norte se formó la República Democrática de Vietnam, con capital en Hanoi, organizada por el Viet minh (fuerzas comunistas), y en el sur se instaló un protectorado francés que no reconoció la independencia de Vietnam del Norte. La URSS y China, apoyaron al norte comunista, y los EE.UU. a los franceses. Francia finalmente aceptó la división de Vietnam en dos estados y en el sur se formó una República que se alineó con Norteamérica con el propósito de lograr la ayuda necesaria para terminaron Vietnam del norte.De esta manera se inició la Guerra de Vietnam, que duró casi veinte años y que terminó con la retirada de las tropas estadounidenses, que no pudieron derrotar a los comunistas en una larga y cruel guerra de guerrillas. En 1975, las dos zonas se unificaron en un solo país y quedó conformada la República Socialista de Vietnam.
Los conflictos árabe israelíes:
Luego de haber padecido los horrores de¡ Holocausto, los judíos se plantearon la necesidad deformar su propio estado en las tierras de su antiguo país, Palestina, que estaba bajo dominio británico. Inglaterra abandonó los territorios y la ONU (Naciones Unidas), los dividió en dos partes: una bajo el gobierno de los árabes, y otra bajo el dominio de los judíos. Es el nacimiento de¡ Estado de Israel, que fijó su capital en Te¡ Aviv y tuvo a David Ben Gurión como primer presidente.
Pero los países árabes en general, y el pueblo palestino en particular no reconocieron al nuevo estado judío y se produjo un enfrentamiento armado que terminó con la división de la ciudad de Jerusalén para judíos y palestinos. A pesar de haber sido derrotados varias veces, los árabes no aceptaron la situación y comenzaron a organizarse en diferentes asociaciones para resistir, de las cuales la más importante fue la OLP (Organización para la liberación de Palestina), dirigida por Yasser Arafat. Los Estados Unidos apoyaron a Israel y la URSS, al mundo árabe.
En 1967 Israel, en una guerra relámpago, extendió sus territorios hacia Belén, Jerusalén, Jericó, el Sinaí hasta Suez, y los altos del Golán. Esta guerra se denominó de "los seis días" y terminó con la victoria de Israel. Pero, los árabes decidieron atacar nuevamente y el día del Yom Kippur (fiesta religiosa), del año 1973, avanzaron sobre Israel, pero fueron nuevamente vencidos gracias a la intervención de los EE.UU., que ayudaron a los judíos a obtener una nueva victoria.
Los países árabes, ante esta realidad, decidieron llevar adelante una guerra económica y embargaron el petróleo de los países que ayudaron a Israel, al mismo tiempo que reducían las ventas con el propósito de lograr un aumento de los precios. Esto desequilibró la economía internacional y los EE.UU. y la URSS, acordaron, a través de la ON U, un "alto el fuego".
Guerra Fría: La crisis de los misiles en Cuba:
Cuba, que tenía un gobierno dictatorial bajo el auspicio de los EE.UU., organizó, a partir de 1956, un movimiento revolucionario nacionalista dirigido por Fidel Castro, que se logró consolidar en el poder en 1959. Una vez allí, el nuevo gobierno nacionalizó los recursos económicos de la isla, situación que originó el boicot económico de los EE.UU., quienes interrumpieron totalmente los intercambios y brindaron asilo político y ayuda económica a los disconformes con el nuevo régimen. La URSS, por el contrario, apoyó a Cuba y en 1960 se establecieron relaciones militares y económicas.
Pero en 1961, se produjo por parte de un grupo de cubanos exiliados, un intento de desembarco en Bahía de los Cochinos, apoyado por la CIA. Eso motivó que la URSS instalase misiles nucleares en la isla, apuntando a los Estados Unidos. El presidente Kennedy, ordenó el bloqueo de la isla para impedir la llegada de los barcos soviéticos con las piezas nucleares. Luego de varios días de tensión, Kruschev ordenó el regreso de los barcos y Kennedy, levantó el bloqueo. Cuba se convirtió en un país comunista aliado a la URSS y enfrentado a los EE.UU.
Consecuencias de la guerra fría
El enfrentamiento militar y la carrera armamentista, no fueron los aspectos más importantes de la guerra fría, pero sí los más visibles, pues dieron origen a importantes movimientos pacifistas internacionales. Más significativa fue la política de los dos bloques enfrentados que dividió al mundo en dos bandos: procomunistas y anticomunistas, haciéndole olvidar antiguos problemas, Pero sobre todo, la guerra fría creó la "Comunidad Europea”, que con el tiempo se mostró lo suficientemente capaz para ocupar un lugar entre los grandes
UN PODER DESTRUCTIVO SIN PRECEDENTES
Desde Hiroshima (agosto de 1945) no ha dejado de multiplicarse el poder destructivo de las armas nucleares. A la primera generación, bombas A (atómicas), siguió un nuevo tipo, bombas H (termonucleares), cuyo poder es ilimitado. Si la bomba arrojada sobre Hiroshima equivalía a la carga de 8.000 bombarderos, una sola bomba H supera en potencial destructivo a todas las bombas arrojadas sobre Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Estos ingenios de muerte multiplican su onda explosiva con efectos térmicos y radioactivos; especialmente temibles son las radiaciones, en cuanto que pueden sembrar la muerte a miles de kilómetros del objetivo. En la panoplia de tipos de armas nucleares se han conseguido variantes, como la bomba de neutrones, que puede eliminar la vida del área elegida sin producir destrozos materiales.
La revolución nuclear ha ido acompañada de la revolución balística. Como vectores de las armas atómicas se pasó de aviones subsónicos a aviones supersónicos. Desde 1957 los misiles han tomado el relevo, con un espectro que comprende desde los de alcance medio, que impactan en un blanco a 2.500 km de distancia, hasta los intercontinentales, con un alcance preciso a 14.500 km, y que pueden ser lanzados desde plataformas móviles, aviones o submarinos nucleares. Con los misiles han desaparecido de la superficie del planeta los santuarios seguros.Finalmente, la revolución balística se ha completado con la modernización tecnológica. Instrumentos electrónicos permiten una precisión casi de metros en el lugar del impacto, precisión conseguida por los SS2O soviéticos y los Pershing II y Cruceros norteamericanos. En esta última generación los misiles son de cabeza múltiple, lo que quiere decir que portan varias cabezas nucleares, con las cuales se ataca diversos blancos con un solo disparo.
Los técnicos han empezado a calcular cuántas veces podría ser destruido el planeta si se empleara todo el arsenal atómico acumulado. Y no parece que sea un consuelo el que tras la reducción de ese arsenal, conseguido en arduas conversaciones, la Tierra puede ser destruida un menor número de veces.
Guerra Fría: EL CRECIMIENTO DEL CLUB ATÓMICO
En 1945 Estados Unidos poseía el monopolio del arma atómica, pero perdió parte de la ventaja cuando en 1949 la URSS experimentó su primera bomba en Siberia. A partir de 1950, Estados Unidos y la URSS se concentraron en la producción de la bomba H, aunque el primero mantenía ventaja por su sistema de bases en el extranjero, por la miniaturización de los ‘mecanismos y, sobre todo, por la fabricación de los submarinos Polaris, imposibles de detectar por los aparatos de radar para prevenir el ataque.
UN ARSENAL COSTOSO
Sin embargo, a finales de la década de los 50, la URSS cobró ventaja en la carrera del espacio, cuando puso en órbita el primer satélite (Sputnik) y el primer astronauta (Yuri Gagarin), conquistas científicas que tenían una inmediata aplicación militar.
Pero en ese momento ya habían aparecido nuevos países en el club atómico. En 1952, Gran Bretaña experimentó su primera bomba atómica, y en 1960 lo consiguió Francia. Cuatro años después, China realizaba las pruebas y en seguida acumulaba un nutrido arsenal. Sucesivamente, Israel, India y Africa del Sur, y probablemente algún otro país, se dotaron del correspondiente arsenal atómico. De esta forma, las posibilidades de un enfrentamiento de efectos mundiales se multiplicaron.No sólo las armas atómicas, sino todos los instrumentos bélicos de las últimas generaciones, tienen un coste que ha llegado a ser insoportable. Con el dinero de un avión “invisible” (no detectable por el radar) o un submarino atómico se podrían construir centenares de hospitales o miles de escuelas. Y aunque en este empeño se concentraron primero los supergrandes, todos los países, incluso los más pobres, invierten cada vez más en armas.
Esta situación agobiante suscitó conversaciones y acuerdos parciales; si el desarme parecía una meta imposible, al menos se intentaría la no diseminación del armamento nuclear. En 1968, sesenta y dos países firma. ron en Ginebra el Tratado de No Proliferación Nuclear, que chinos y franceses se negaron a suscribir.En 1950, el gasto militar mundial se cifraba en 100.000 millones de dólares, en 1980 en 300.000 millones, en 1982 se había elevado bruscamente a 500.000 y en 1985 alcanzaba 870.000 millones. Las superpotencias no podían soportarlo. De hecho en el hundimiento de la URSS desempeñó un papel el intento ruinoso de replicar al proyecto Reagan de “guerra de las galaxias”. Y para el Tercer Mundo supuso una aberración histórica invertir en armamento los recursos que debiera haber destinado al desarrollo.
Guerra Fría:
CONVERSACIONES DE DESARME
Al año siguiente las dos superpotencias iniciaron conversaciones para la limitación de armas estratégicas (SALT), fijando un techo para el número e instalación de proyectiles balísticos. Así se llegó al acuerdo SALT 1 (1972), que establecía la “paridad nuclear”. Sería el primer paso para nuevas reducciones, incluidas en el acuerdo SALT II, que no entró en vigor al faltar el refrendo parlamentario en los dos grandes.
En conjunto la Guerra Fría dejó dos efectos indeseados. En primer lugar, una inversión disparatada en armamento. En segundo lugar, una imagen casi diabólica del adversario, como resumió el presidente norteamericano Reagan cuando calificó a la Unión Soviética de “imperio del mal”.
A QUÉ LLAMAMOS TERCER MUNDO
La mayoría de los pueblos descolonizados se han visto enfrentados a graves problemas de hambre, analfabetismo, carencia de industria; pero estos problemas agobian también a naciones cuya independencia política no es reciente.
Para el conjunto de países que no han realizado la Revolución Industrial se han buscado denominaciones diversas; primero se habló vagamente de “pueblos subalimentados” —la palabra hambre se rehuyó durante mucho tiempo en la literatura política y sociológica hasta que rompieron el tabú las publicaciones de Josué de Castro—, más tarde de naciones subdesarrolladas” y “en vías de desarrollo”. El demógrafo Sauvy acuñó la denominación Tercer Mundo porque veía en estos pueblos la prolongación del Tercer Estado de la Revolución Francesa, similitud bastante forzada, ya que en el Tercer Estado se integraban también burgueses adinerados. Esta expresión terminó por aceptarse.
El drama del subdesarrollo afecta a los dos tercios de la población mundial; en pertenecer a uno u otro sector radican las más profundas diferencias entre las naciones. En 1958 Nehru expresó: “la verdadera división del mundo contemporáneo no se encuentra entre países comunistas y países no comunistas, sino entre países industrializados y países subequipados”. Algunos especialistas han ido desvelando la situación angustiosa en que viven la mayor parte de la población en una época legítimamente orgullosa de sus conquistas científicas y tecnológicas.
Debemos apuntar que bajo una misma denominación se ha incluido a naciones de niveles de riqueza muy dispares. Países paupérrimos, como Bangla Desh o Mauritania, no deberían ir en el mismo grupo que otros, productores de petróleo que presentan algunos de los rasgos definitorios del Tercer Mundo pero unas posibilidades de desarrollo utópicas para los carentes de esta fuente de ingresos.
Los países del Tercer Mundo se basan en el monocultivo, pero un producto agrícola puede bajar de precio, iniciando una espiral ruinosa. Los productores de petróleo presentan igualmente un solo producto pero su artículo les garantiza grandes posibilidades, aunque se trate de un bien no renovable, explotable durante un ciclo que esos países no parecen estar aprovechando para industrializarse. Son países en desarrollo, ricos, aunque su opulencia no será eterna. Para ellos se ha intentado la denominación de Cuarto Mundo, pero es un rótulo equívoco, porque podría pensarse que comprende a los que se encuentran en peor situación, y de hecho se ha empleado a veces para señalar niveles extremos de pobreza nacional o para referirse a los emigrados de países pobres que viven en la marginación de ciudades del Primer Mundo.
INDICADORES DEL SUBDESARROLLO
Dejando a un lado la ambigüedad del término, veamos cuáles son los indicadores que caracterizan a los países subdesarrollados, o en vías de desarrollo, como se ha preferido decir empleando una expresión más esperanzadora.
a) Baja renta por habitante. De la ínfima producción de estos países correspondería a cada habitante, en un teórico reparto igualitario, una cantidad mínima de bienes. Se dice que en el diálogo Norte-Sur las diferencias entre ricos y pobres se hacen cada vez mayores. ¿Es sólo un dicho o responde a un fenómeno real? En 1980 en el primer puesto de la tabla de los países figuraba Emiratos Arabes Unidos con 30.000 dólares de renta per cápita, y Bhután en el último con 80 dólares. En 1997 Luxemburgo figuraba como país más rico con 37.000 dólares y Mauritania como uno de los más pobres. Estas cifras nos permiten llegar a tres conclusiones: las diferencias entre países ricos y pobres son abismales; esas diferencias no dejan de aumentar; algunos países pobres, como Mauritania entre otros, han visto empeorar gravemente su situación en los últimos años.
b) Subalimentación. Ingestión alimentaria inferior a las 2.000 calorías diarias y ausencia de proteínas y otros nutrientes en la dieta, lo que provoca problemas para el crecimiento de los niños. Intermitentemente, al compás de los vaivenes meteorológicos, hambrunas que diezman la población.
c) Alto crecimiento demográfico, provocado por la elevada natalidad, superior al 2% anual.
d) Escasa densidad de las infraestructuras. Inexistencia de una red de transportes moderna, de organización estadística, etc.
e) Predominio del sector agrícola, sin mecanización ni modernización de los sistemas de cultivos. Consecuencias: dependencia de las condiciones naturales; elevado empleo de mano de obra, que alcanza hasta el 50% de la población activa; trabajo precoz de los niños en labores agrarias, con perjuicio de su educación.
f)Industrialización mínima. Habitualmente de tipo extractivo (minas) o que exige empleo abundante de mano de obra. Dependencia del exterior, en cuanto a la tecnología y la comercialización de los productos.
g)Altas tasas de analfabetismo. Lacra prácticamente extinguida en los países occidentales, en algunos paìses del Tercer Mundo aún persisten índices que impiden cualquier programa de desarrollo. En Asia el 73% de Nepal y el 62% de Bangla Desh y Pakistán; en Africa el 86% de Níger, 69% de Sierra Leona, representan algunos de los casos más graves. En Mauritania el 62% de analfabetos ha podido ser uno de los factores en el empobrecimiento que hemos apuntado.
h)Carencia de cuadros dirigentes en la Administración y de técnicos en la producción.
FACTORES DEL SUBDESARROLLO
CAUSAS DEL ATRASO
Hemos visto que algunos países iniciaron su industrialización en fecha tardía, Japón y Rusia constituyen dos ejemplos a este respecto; sin embargo, los países atrasados se encuentran en la actualidad con obstáculos casi insalvables no sólo para cubrir el foso que les separa de los más adelantados, sino incluso para iniciar un proceso auténtico de industrialización. Analizaremos luego las razones de esta dificultad. Pero nos interesa en este momento discenir las del retraso. La más evidente sería la historia colonial; es una explicación fácil, las metrópolis mantuvieron a sus colonias en una situación de atraso para poder aprovechar sus riquezas, en concreto para extraer sus materias primas.
Sin negar que esta situación se dio, es un factor insuficiente y, en todo caso, dejaría sin explicar el atraso de las naciones que son independientes desde el siglo XIX o antes. Bairoch ha aportado otras explicaciones. Según este autor las naciones que llegaron al año 1900 sin haber iniciado su industrialización se encontraron con una complejidad técnica que imposibilitó su pronta asimilación; de ser determinante este factor habría que concluir que Japón con el Meiji (1868) y Rusia con la emancipación de los siervos (1861> “acordaron a tiempo” su programa industrial, treinta años más de dilación les hubiera rezagado inevitablemente.
La distancia sería otro factor; la Revolución Industrial se transmitió a paises cercanos a Inglaterra, los del continente europeo, y a Estados Unidos, a través de un océano que se atravesaba con facilidad; a mayor distancia la recepción masiva y continua de avances técnicos resultaba una utopía, pero Japón o es una excepción o una refutación de este argumento. También señala Bairoch diferencias de clima; los avances técnicos de la Revolución Industrial son aplicables a la zona templada, pero no a la tropical y ecuatorial. Finalmente, es más difícil industrializar naciones de densidad de población muy alta en relación con la densidad de las naciones europeas a principios del siglo XX. Las teorías de Bairoch han sido discutidas en sus pormenores, pero en conjunto no hay duda de que el retraso en el inicio de la industrialización complicó la posibilidad de las primeras fases de despegue y contribuyó a aumentar de forma notoria las diferencias de nivel entre los países industrializados y los no industrializados.



LOS OBSTÁCULOS PARA EL DESARROLLO:Algunos de los problemas parecen agravarse cada año. ¿Cuáles son los obstáculos para que estos países de la constelación de la pobreza no puedan iniciar su despegue? Siguiendo a Bairoch vamos a señalar cuatro tipos diferentes:
a) El obstáculo demográfico. La tasa de aumento de la población, entre un 2,6-2,7% supone, de mantenerse, la multiplicación por 13 de los efectivos humanos en un siglo; este ritmo constituye un hecho enteramente nuevo y absorbe buena parte de las inversiones. Las economías que iniciaron su desarrollo a lo largo del siglo XIX podían crecer con una acumulación de capital del orden del 5 al 7%, pero los países subdesarrollados actuales necesitan una acumulación de capital del orden del 12% sólo para que no disminuya el nivel de vida de una población más numerosa.
Además, este aumento se produce en la población agrícola, a diferencia de Europa, que redujo el sector campesino durante la Revolución Industrial. Finalmente, la alta natalidad provoca un aumento desorbitado, proporcionalmente, de la población en edad escolar, lo que supone otras necesidades de inversión que se adicionan a las de alimentación, etc.
b) El obstáculo técnico. En los orígenes de la Revolución Industrial la simplicidad de la técnica permitía su asimilación casi inmediata; en contraste, la complejidad de la técnica actual supone unos niveles de preparación para su aprendizaje que están muy lejos de las posibilidades de los países del Tercer Mundo. Además, los bienes de equipo exigen la instalación de grandes unidades de producción, segundo factor que contribuye a que los países subdesarrollados dependan del exterior para la adquisición de su maquinaria. Consecuencia de esta dificultad de acceso a la tecnología y a las instalaciones costosas es que los pueblos atrasados en vez de alcanzar niveles de industrialización moderna están derivando hacia formas de artesanado artístico.
c) El bajo coste de los transportes. En conjunto los precios de coste del transporte han descendido en una proporción de 20 a 1, lo cual ha suprimido la barrera protectora de la distancia. Esta posibilidad de trasladar con costes bajos artículos entre los continentes constituye una tragedia para las naciones rezagadas en su industrialización. En el campo de la agricultura importan el equipo agrícola en vez de fabricarlo, destinan parte de sus tierras a cultivos de plantación para la exportación y faltan tierras para la subsistencia, se mantienen bajos los salarios y no se produce una demanda interior. Por otra parte es posible la existencia de minería sin la creación de industrias de transformación; es decir, un país atrasado, en la actualidad, puede tener grandes riquezas mineras y extraerlas a base de comprar la maquinaria a un país industrial y venderle el minera sin trasformar; se trata de industrias extractivas- en comparación con lo que significó el carbón para Inglaterra señala inmediatamente las diferencias; Inglaterra no vendió el carbón ni compró la maquinaria al iniciar su Revolución Industrial, sino que suscitó con su riqueza minera una industria siderúrgica propia.
En la década de 1980, uno de los acontecimientos que más destacaron en la mayoría de los países latinoamericanos fue el estallido de una profunda. crisis económica, que se reflejó en el incremento de la deuda externa, lo cual la dejó fuera de control.
El modelo que otorgaba un papel central al Estado fue de gran influencia para las transformaciones políticas y económicas de las décadas anteriores. En el orden político, la existencia de un estado fuerte y con cierta autonomía formalizaba la representación de intereses a través de secres que se adherían a grupos institucionalizados, que se acercaban más a una participación real e a la simple representación. En el orden económico, se crearon mecanismos de regulación, nacionalizaciones o inversiones directas en empresas estatales, aun cuando la inserción a una economía internacional se basara fundamentalmente en productos primarios poco elaborados, a la vez e se dependía de la tecnología extranjera. Sin embargo, los gobiernos tenían poco interés, o baja capacidad en la política fiscal, para lograr una extracción de recursos que apoyara sus proyectos económicos. Esta debilidad política motivó el incremento de la deuda externa, lo cual obligó a los gobiernos, por un lado, a canalizar cada vez más recursos al pago de los compromisos con los organismos financieros internacionales y, por otro, a no poder aumentar el gasto social con la consecuente caída del nivel de vida de la mayoría de la población.
Algunos indicadores, como los que menciona Norman Hicks en la publicación del Sistema económico Latinoamericano (SELA), Desarrollo social y programa de ajuste, revelan que al finalizar la década de 1980, la llamada “década perdida”, América Latina pagó por el servicio de su deuda más del 4 por ciento del producto interno bruto, cuando entre 1985 y 1989 el crecimiento de de 1.5 por ciento. Para 1992, por concepto de intereses y utilidades pagó aproximadamente 30 mil millones de dólares, al tiempo que su deuda ascendía a 450 mil 875 millones de dólares ese mismo año.
En 1995, Salvador Arriola, secretario permanente del SELA, señaló que la deuda externa latinoamericana superaba los 530 mil millones de dólares (cifra que duplica los niveles de 1982, ruando estalló la crisis deudora), provocando una transferencia neta de recursos al exterior mayor los 35 mil millones de dólares. La salida de capital aumentó los índices de pobreza.
El Banco Mundial declaraba: “A principios de 1993, el 20 por ciento más pobre de la población de América Latina recibía apenas 4 por ciento del total del producto interno bruto (PIB), y el porcentaje de personas que vivía en situación de pobreza aumentó de 27 por ciento a 32 por ciento kl total de la población, en el periodo 1980-1989”.
A ello se agregaba la caída de los salarios mínimos y medios en la mayoría de las naciones latinoamericanas, que se encontraba entre 50 y 70 por ciento para los casos de México, Perú, Brasil, Venezuela en el periodo 1980-1990.
La dificultad de soportar la deuda externa, aunada a diversos factores domésticos, como la pérdida de eficacia y de legitimidad, desembocaron en la caída de los regímenes autoritarios. Los excesos de los cuerpos represivos generaron una revaloración de la democracia, como un concepto distintivo y antagónico de la experiencia política anterior. Sin embargo, en la práctica política, debido al interés por reinstaurar el sistema democrático en los países de América Latina, se planteó ~l problema adicional de distinguir entre lo que se suponía un mero cambio de régimen político y a efectiva democratización de las instituciones estatales, de los procedimientos competitivos y de DS mecanismos participativos.
La crisis política y económica afectó a los gobiernos latinoamericanos, pues las contradicciones alcanzaron tal nivel que ya no se pudo gobernar. El consumo de las clases medias y las políticas ~ bienestar social no sólo se frenaron, sino que se abatieron. Además, los capitales mediano y pequeño, el público y el social no sólo fueron integrados o privatizados, sino que se les obligó a contribuir a la concentración especulativa del gran capital. Países y pueblos enteros realizaron grandes diferencias de excedentes, que cubrían los déficits fiscales y armamentistas de las metrópolis, e incrementaron las tasas de acumulación de los grandes negocios. Como la reacción popular a esta política no sólo se limitaba a los grupos más explotados, sino que incluía a los sectores medios y los obreros organizados, la pérdida de los mediadores, la radicalización y la agresividad crecientes, ligados a la desesperación de los habitantes marginados urbanos, de los campesinos pobres, e las minorías indígenas, de los estudiantes e intelectuales, representaban una amenaza revolucionaria que los gobernantes de nuevo estilo enfrentaron mediante una preparación ideológica y militar rigurosamente programada.
Estados Unidos generó mecanismos de control que posibilitaron una continuidad de su hegemonía, tal como la “guerra de baja intensidad” (GBI), diseñada para satisfacer a la opinión pública estadounidense y que se aplicó en forma sistemática en América Central. Era una guerra no declarada y sin riesgos para los jóvenes norteamericanos, aunque sí para las poblaciones nativas que sufrieron ¡os ataques. Se procuraba que no hubiera enfrentamientos directos prolongados de las fuerzas regulares estadounidenses, y que los conflictos de larga duración estuvieran a cargo de los nativos. Las fuerzas regulares de Estados Unidos sólo intervendrían y actuarían cuando fuera oportuno, en forma rápida —con radares, aviones, naves— y siempre que las tropas domésticas hubieran sentado las bases del triunfo.
Al terminar la década de 1980 las transformaciones operadas en el contexto internacional (el derrumbe del bloque socialista y la desintegración de ¡a Unión Soviética) trajeron una nueva estrategia diplomática hacia América Latina: el 27 de junio de 1990 el presidente estadounidense George Bush lanzó la “Iniciativa de las Américas”, con la participación de muchos países latinoamericanos. Con ella se determinaba el final de la etapa militarista y el inicio de una nueva fase democrática, de respeto a los derechos humanos y de lucha contra la corrupción en todas las naciones del continente americano. Pese a las buenas intenciones, la realidad latinoamericana empezaría a chocar con tal iniciativa.
La guerra de baja intensidad:
La lucha del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en El Salvador
Como Nicaragua, El Salvador mantuvo una trayectoria histórico-política de lucha nacional y de resistencia antiimperialista. Tal carácter lo representó Farabundo Martí, fundador del Partido Comunista en 1925, quien luchó junto a Augusto Sandino en su resistencia contra la presencia norteamericana en Nicaragua y posteriormente en su país, donde fue encarcelado y fusilado.
Entre 1932 Y 1944 el general Maximiliano Hernández Martínez mantuvo una férrea dictadura. El 90 por ciento de la riqueza estaba en manos del solo 5 por ciento de la población; no había expectativas de democracia. Durante las décadas de 1960 y 1970 los monopolios se incrementaron. Se producía casi exclusivamente para el exterior y se agudizaba la explotación obrera. Los movimientos populares se organizaron contra la explotación masiva, la dependencia económica y el mal uso de los recursos naturales nacionalizados. Las tensiones sociales se acumulaban por el aumento del desempleo y el hambre, la escasa atención médica y la casi inexistente educación. Los cambios debían ser políticos y sociales para destruir al régimen opresivo.
El engaño en los procesos electorales generó manifestaciones estudiantiles que fueron disueltas con las armas. Campesinos y obreros eran desaparecidos, en tanto que se torturaba y asesinaba para buscar la “pacificación”. Las huelgas populares se multiplicaban. La Universidad era ocupada por el ejército y se cerraba. La situación en el campo empeoraba. Se perseguía a la Iglesia progresista. Entonces empezaron a surgir diferentes movimientos y fuerzas revolucionarias. La lucha guerrillera se hizo presente a través del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
El 28 de febrero de 1979 el pueblo se concentró en la Plaza de la Libertad para protestar por las elecciones fraudulentas. El gobierno respondió con una masacre. Se prohibieron los actos organizados a la vez que crecía la represión. En octubre se llevó a cabo un golpe contra Carlos Humberto Romero, quien ocupaba la presidencia desde 1977. Se reanudaron las luchas por el poder entre el Estado y los revolucionarios. Los ataques militares contra los salvadoreños eran cada vez más brutales. La Universidad fue allanada nuevamente con tanques, morteros y cañones; quemaron la biblioteca y, con ella, documentos valiosos. Diversos organismos internacionales condenaron la violación de los derechos humanos en El Salvador, en tanto que la Iglesia, encabezada por el arzobispo Óscar Arnulfo Romero, se comprometía abiertamente con el pueblo y con los inminentes cambios sociales. Por su parte, Estados Unidos apoyaba militar, política y económicamente al régimen.
El arzobispo Romero trató de levantar el ánimo y de suavizar el proceso político, oponiéndose a la violencia, a la intromisión norteamericana y a la barbarie del ejército; en un proceso de adaptación a las nuevas circunstancias históricas, ¡a Iglesia se sentía amenazada por la oligarquía, el imperialismo y el descrédito de las masas populares. Romero estaba de acuerdo con la organización popular, porque la consideraba como la base para la dignidad humana. Se daba cuenta de la inutilidad de diálogo con el gobierno. Alertaba a los salvadoreños de un presupuesto de 20 millones de dólares, provenientes de Estados Unidos, para entrenar terroristas en tortura y guerra psicológica, para la construcción de pistas secretas y para sostener a las fuerzas armadas; además sabía de la existencia de una lista negra de 24 mil personas que el gobierno deseaba eliminar, tanto en territorio salvadoreña como en el exterior. Romero pedía el cese de la represión y fue asesinado el 24 de marzo de 1980, al oficiar una misa en la capilla del hospital de la Divina Providencia. El 30 de marzo, durante su sepelio, se reunió una inmensa multitud que reafirmó su decisión de luchar contra el gobierno. Los francotiradores actuaron; la multitud pretendía refugiarse en la catedral; luego, los cadáveres y heridos se amontonaban.
El pueblo aprendió la estrategia revolucionaria y siguió su lucha a pesar de la represión militar; de sus errores y aciertos aprendió el arte de la insurrección.
En la década de 1980 el FMLN tomó fuerza. El gobierno trató de establecer el diálogo y las negociaciones mientras la represión continuaba. En noviembre de 1987, la guerrilla desencadenó una fuerte ofensiva sobra la capital salvadoreña y los principales departamentos del país, que hizo tambalear el poder de las fuerzas armadas y del gobierno de Alfredo Cristiani.
En 1990 se reanudó el diálogo de paz con temas negociación como el futuro de las fuerzas armadas, los derechos humanos, los sistemas judicial y electoral, las reformas a la constitución, los problemas económicos y sociales, que fueron verificados por la ONU.
En enero de 1992, en el alcázar del Castillo de Chapultepec en la ciudad de México, se firmaron los acuerdos de paz, abriéndose así el proceso de reconciliación sobre la base de una nueva relación basada en la dignidad, la cooperación y la vida más conveniente para el pueblo salvadoreño.
CUBA:
Desde que se independizara de España, la vida política de Cuba había estado condicionada por la relación que mantenía con Estados Unidos. Hasta 1933, en la constitución cubana existía una cláusula, conocida como la 'Enmienda Platt', que permitía la intervención norteamericana en la isla, "para proteger la vida, la libertad y los bienes' de los ciudadanos de ese país, residentes en Cuba.
La Estación Naval en la Bahía de Guantánamo se estableció en 1898, cuando Estados Unidos obtuvo el control de Cuba por parte de España al término de la Guerra hispano-estadounidense, siguiendo con la invasión de la Bahía de Guantánamo en 1898. El gobierno de Estados Unidos obtuvo una concesión perpetua que comenzó el 23 de febrero de 1903, otorgada por Tomás Estrada Palma, primer presidente de la República de Cuba.
El recién formado protectorado estadounidense incorporó la Enmienda Platt en la Constitución cubana. El tratado cubano-estadounidense establecía, entre otras cosas, que Estados Unidos tendría completo control y jurisdicción sobre la bahía de Guantánamo, con propósitos de operar estaciones navales y de embarque, mientras que reconocía que la República de Cuba mantenía su soberanía.
Hacia 1952, las empresas norteamericanas controlaban el 47,4% de la producción azucarera, el 90% de la producción de electricidad y de las redes telefónicas, el 70% de las refinerías de petróleo, el 100% de la producción de níquel y el 25% de las casas comerciales, los hoteles y la industria de productos alimenticios. Desde que comenzó la revolución, Cuba fue hostigada por Estados Unidos. En 1960, el gobierno norteamericano dejó de comprar azúcar. Esto condujo a un acercamiento de los cubanos con la U.R.S.S., que se comprometió a comprar medio millón de toneladas anuales de azúcar durante cuatro años. Estados Unidos decidió entonces no enviar más petróleo a Cuba, que comenzó a proveerse de la U.R.S.S.
Las compañías norteamericanas en la isla se negaron a trabajar y el gobierno respondió expropiando y nacionalizando todas las empresas petroleras de ese origen y, luego, las compañías de electricidad y teléfonos.
La economía cubana y la dictadura de Batista
La economía de Cuba dependía de las exportaciones de azúcar, cuya producción y comercialización estaba controlada por compañías extranjeras. Once empresas estadounidenses controlaban casi 1.200.000 hectáreas, que representaban el 47,4% de las tierras dedicadas al cultivo de caña de azúcar.
Fuerzas revolucionarias cubanas lideradas por Camilo Cienfuegos, avanzan hacia el latifundio de United Fruit Company para realizar en nombre del pueblo cubano la intervención y nacionalización de las tierras según dispuesto por la reforma agraria de Castro en 1959.
Como en otros países de América Latina, existían, además, grandes latifundios. Según un censo de 1945, 4 mil personas eran dueñas de más de la mitad del territorio.
A partir de 1944, por primera vez la mayoría de la población pudo participar en elecciones. Sin embargo, los gobiernos electos continuaron bajo la influencia de Estados Unidos.
En los primeros años de la década de 1950 se incrementaron las acusaciones de corrupción y, ante las movilizaciones de protesta, un sector del ejército apoyado por compañías norteamericanas y empresarios cubanos, dio un golpe de Estado. El nuevo dictador fue Fulgencio Batista.
La dictadura sólo se sostuvo mediante una violenta represión. En poco tiempo, comenzó la resistencia, que unía en sus reclamos la lucha contra las injusticias y desigualdades del orden social con los planteos de independencia económica y autonomía y, por lo tanto, contrarios a la injerencia de Estados Unidos en el país y en la región.
En la universidad se colgaron banderas negras como señal de luto por la "muerte de la democracia" y se conformaron las primeras organizaciones de oposición. Los estudiantes reclamaban el retorno a las formas democráticas de gobierno, y propiciaban, para ello, como método de lucha válido, incluso la violencia acompañando las protestas masivas de la población.
El inicio de las acciones guerrilleras
Como parte de las acciones rebeldes, el 26 de julio de 1953, un centenar de jóvenes pertenecientes a los sectores medios y obreros, ¡¡dorados por Fidel Castro, intentaron tomar el cuartel de Moncada, la segunda base militar de¡ país. Buscaban con esta acción dar comienzo a un proceso que llevara al derrocamiento de¡ dictador. El asalto fracasó, pero permitió al grupo revolucionario hacer un llamamiento a la insurrección y a la unión de¡ "pueblo" cubano: obreros rurales e industriales, pequeños agricultores, maestros, comerciantes, profesionales, desocupados, en definitiva, todos los sectores excluidos de la sociedad.
En 1956, los integrantes de¡ Movimiento 26 de Julio -denominado así por los revolucionarios luego de¡ acontecimiento de Moncada- organizaron desde México una expedición para ingresar clandestinamente en Cuba. A bordo de un pequeño barco de nombre "Gramma", desembarcaron en las playas de la Isla y se establecieron en Sierra Maestra, donde crearon un foco guerrillero. Con el tiempo, el grupo inicial terminó convirtiéndose en el "ejército rebelde".
Los guerrilleros dieron a conocer un manifiesto en el cual se expresaba la necesidad de que todas las organizaciones opositoras cubanas se unieran y formaran un gran frente revolucionario. Éste debía nombrar un gobierno provisional que exigiera la renuncia de¡ dictador y convocara inmediatamente a elecciones libres.
El ejército rebelde comenzó así a salir de su aislamiento y a encontrar nuevas adhesiones. Se sumaron importantes contingentes de jóvenes que fueron conducidos por líderes como Camilo Cienfuegos y el argentino Ernesto "Che" Guevara.
Durante los primeros meses de 1958, los guerrilleros intentaron, sin éxito, organizar una huelga general. A partir de este fracaso, decidieron continuar fortaleciendo las guerrillas rurales para resistir la ofensiva de¡ ejército de Batista y, posteriormente, invadir los llanos, tomar las provincias centrales y, por fin, derrocar a la dictadura.
En pocos meses fueron conquistando estos objetivos y, con el apoyo de amplios sectores de la población, en enero de 1959, tomaron La Habana, capital de Cuba. La lucha antidictatorial por el retorno a las formas democráticas de gobierno, pronto se transformó en una verdadera revolución social.
Una vez en el poder, se adoptaron un conjunto de medidas que modificaron de raíz el orden social en Cuba. El ejército de la dictadura fue reemplazado por el "ejército rebelde", los cargos de gobierno fueron asumidos por los jefes revolucionarios y, a partir de allí, se inició la tarea de transformar a la sociedad cubana.
Los cambios revolucionarios
Para modificar las enormes desigualdades económicas que caracterizaban a la sociedad cubana, el gobierno revolucionario comenzó a aplicar la Reforma Agraria. Una primera ley de 1959 estableció que serían expropiadas todas aquellas tierras que excedieran las 400 hectáreas, por lo cual se respetarla la propiedad de pequeños y medianos productores. No obstante, en 1963 otra ley decidió la expropiación de todas las parcelas mayores de 63 hectáreas. La mayor parte de las tierras fueron distribuidas entre los campesinos que carecían de éstas y el resto pasó a formar parte de las haciendas estatales, las cuales ofrecieron trabajo a los desocupados de las zonas rurales.
Con la revolución la formación integral de los estudiantes empezó a combinar el estudio con el trabajo.




A pesar de haber iniciado una política industrializadora, los fracasos de la misma llevaron al gobierno revolucionario a reforzar la producción de bienes primarios, fundamentalmente níquel y azúcar.
La política económica llevada adelante por el gobierno revolucionario afectó, desde un primer momento, los intereses de Estados Unidos en Cuba.
En 1961 Cuba rompió relaciones con Washington y proclamó el carácter socialista de su gobierno y estrechó sus lazos comerciales con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) y el resto de los paises socialistas. Frente a esta decisión, Estados Unidos presionó a los demás países de América Latina y logró que expulsaran a Cuba de la Organización de Estados Americanos y rompieran relaciones con su gobierno. Cuba sólo logró mantener relaciones con México.
Los cambios en la economía fueron acompañados por reformas en otras áreas, que buscaban transformar a la sociedad cubana. En ese sentido, el gobierno estableció dos áreas de prioridad: la educación y la salud. Se iniciaron campañas masivas de alfabetización, se crearon nuevas escuelas y universidades, creciendo notablemente el número de alumnos y maestros.
En cuanto a la salud, se implementó una red sanitaria para garantizar en forma gratuita la asistencia a toda la población, se crearon nuevos hospitales y clínicas, así como también, institutos de investigaciones médicas.
Una nueva ley de alquileres redujo su valor en un 50%. Además, se otorgaron créditos a largo plazo para que los inquilinos pudieran comprar sus casas. Se estableció la gratuidad de todos los servicios (agua, luz, gas, teléfonos, etc.) y el establecimiento de una ración de alimentos y vestimenta para cada uno de los cubanos. También se intentó reducir las diferencias salariales entre los trabajadores.
La adopción de todas estas medidas, que eliminaban el sistema capitalista en Cuba, sus buenas relaciones diplomáticas y comerciales con los demás países socialistas y el apoyo brindado a las luchas sociales en diversos sitios de¡ planeta, llevaron a que Estados Unidos buscara por todos los medios aislar a Cuba de los demás países latinoamericanos y ahogarla mediante un bloqueo económico y marítimo que afecta al pueblo cubano desde hace décadas.
EL GOBIERNO DE CASTRO
LA IMPLANTACIÓN DEL COMUNISMO
El régimen de Castro pronto mostró su tendencia izquierdista. La reforma agraria promulgada en los primeros años afectó principalmente a los intereses estadounidenses en la industria del azúcar; Castro prohibió el establecimiento de plantaciones controladas por compañías de accionistas no cubanas y disminuyó el apoyo a la producción de azúcar en favor de otros cultivos alimenticios.
RUPTURA CON ESTADOS UNIDOS
En 1960 el gobierno cubano nacionalizó todas las compañías estadounidenses de la isla, medida a la que Washington respondió con la imposición de un embargo comercial. En enero de 1961 se rompieron totalmente las relaciones diplomáticas entre ambos países y el 17 de abril 1.300 exiliados anticastristas, apoyados y entrenados por Estados Unidos, llevaron a cabo en el sur de Cuba el desembarco de bahía de Cochinos.
En otoño de 1962 las relaciones entre ambos países se volvieron aún más tensas, cuando Estados Unidos comprobó que Cuba había instalado en su territorio misiles de origen soviético. El presidente estadounidense John F. Kennedy anunció entonces el bloqueo naval de la isla para evitar la llegada de más barcos soviéticos con armas. Después de varios días de negociaciones, durante los cuales la guerra nuclear parecía inminente, el presidente soviético Nikita S. Jruschov aceptó el 28 de octubre desmantelar y eliminar las bases de misiles, a cambio de la promesa del presidente Kennedy de no invadir la isla. Durante la década de 1960 las relaciones con Estados Unidos siguieron siendo hostiles; en 1962 Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA) debido a la presión que el gobierno estadounidense ejerció en contra del régimen de Castro. En 1965, por mediación de la Embajada de Suiza en Cuba, los gobiernos de ambos países acordaron permitir a los cubanos emigrar a Estados Unidos: más de 260.000 salieron del país antes de que el puente aéreo se diera por terminado de manera oficial en abril de 1973.
PERIODO DE AISLAMIENTO
Muchas de las actuaciones políticas de Castro distanciaron a Cuba de algunos países de Latinoamérica, aunque fueron aplaudidas por muchos sectores populares del continente. Después de ser expulsado de la OEA, el gobierno de Castro fue acusado de intentar fomentar la revolución en Venezuela, Guatemala y Bolivia, país donde el Che, que dirigía un grupo guerrillero, fue capturado y asesinado en 1967. Mientras tanto, Cuba continuó dependiendo de la ayuda económica de la Unión Soviética y de los países del bloque socialista. En 1972 se firmaron varios pactos con la URSS que garantizaban la asistencia financiera soviética, el desarrollo comercial entre ambos países y la prórroga de los pagos de la deuda cubana; además, Cuba se convirtió en miembro del COMECON, Consejo de Ayuda Mutua Económica.
El I Congreso del Partido Comunista Cubano se realizó a finales de 1975 y un año después se adoptó una nueva Constitución nacional que incrementó el número de provincias de 6 a 14 y creó la Asamblea Nacional, la cual celebró su primera sesión en diciembre de 1976 y eligió a Fidel Castro como jefe de Estado y de gobierno.
FIN DEL AISLAMIENTO
A mediados de la década de 1970 Cuba emergió del aislamiento diplomático. En julio de 1975, durante una reunión realizada en la capital costarricense de San José, la OEA aprobó una resolución de libertad de acción con la que se modificaba el embargo comercial a Cuba y otras sanciones impuestas en 1964 por esta organización. Las relaciones con Estados Unidos también comenzaron a mejorar; las restricciones en los viajes a Estados Unidos se hicieron más flexibles y, en septiembre de 1977, los dos países abrieron delegaciones en las capitales respectivas. No obstante, Estados Unidos advirtió a Cuba que las relaciones no podrían normalizarse hasta que sus demandas respecto a las propiedades estadounidenses nacionalizadas fueran satisfechas y Cuba limitara o pusiera fin a sus actividades en África.
PRESENCIA CUBANA EN ÁFRICA Y AMÉRICA
A mediados de la década de 1960 habían comenzado a llegar asesores militares cubanos al continente africano, principalmente a Angola y Etiopía. Castro envió militares que formaron parte de la guardia personal de figuras como el presidente congoleño Alphonse Massamba-Débat. No obstante, no fue sino hasta 1975 cuando las fuerzas de combate cubanas entraron en plena acción en el continente, apoyando al gobierno marxista de Angola. Posteriormente, las tropas cubanas reforzaron al régimen marxista de Etiopía, que resultó vencedor en su guerra contra Somalia en la región de Ogadén. En 1980 las actividades cubanas se habían extendido hasta el Oriente Próximo, concretamente a Yemen del Sur. Por lo general, la presencia cubana en el continente africano fue interpretada por Occidente como la punta de lanza de un creciente dominio soviético en la región. Como recompensa, Cuba recibió del gobierno soviético ayuda económica por valor de cerca de 3 millones de dólares diarios. En 1979, y a pesar de su estrecha relación con la URSS, Cuba fue la sede de la VI Cumbre de la Organización de Países No-Alineados, en la cual Fidel Castro fue elegido presidente para los siguientes tres años.
En 1980 Castro modificó temporalmente las restricciones de salida del país; cerca de 125.000 cubanos huyeron a Estados Unidos antes de que el flujo volviera a ser detenido, en lo que se conoce como “éxodo del Mariel”. Nuevamente las relaciones con este país se deterioraron, cuando el gobierno estadounidense acusó a Cuba de ayudar a los rebeldes izquierdistas de El Salvador; otro punto sensible en las relaciones entre ambos países fue la ayuda brindada por asesores cubanos al gobierno sandinista de Nicaragua. Además, en octubre de 1983 cientos de trabajadores de la construcción y personal militar cubanos fueron obligados a abandonar Granada después de la invasión de la isla por las tropas de Estados Unidos.
FIN DE LA AYUDA SOVIÉTICA
En abril de 1989, con motivo de la visita del presidente soviético Mijaíl Gorbachov a La Habana, ambos países firmaron un tratado de amistad por 25 años,
aunque Fidel Castro rechazó abiertamente la aplicación de las reformas políticas y económicas que Gorbachov había establecido en la URSS. En julio de ese año cuatro oficiales del Ejército fueron ejecutados y otros diez sentenciados a prisión acusados de contrabando y tráfico de drogas, el peor escándalo desde que Castro había llegado al poder. Con el colapso de la URSS a principios de la década de 1990, las ayudas y subsidios comerciales del bloque soviético a Cuba llegaron a su fin y las fuerzas soviéticas fueron gradualmente retiradas del país. Posteriormente, Estados Unidos endureció aún más las sanciones en contra de las relaciones comerciales con Cuba y en noviembre de 1992 la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución pidiendo el cese del embargo estadounidense. Estas resoluciones condenatorias de la ONU se repitieron de forma consecutiva en los años posteriores. En 1993 todas las tropas soviéticas enviadas a Cuba durante la crisis de los misiles ya habían sido retiradas.
LOS ÚLTIMOS AÑOS
Durante 1993 y 1994 se produjo la denominada “crisis de los balseros”: miles de cubanos cruzaron el estrecho de Florida después de que fueran levantadas las restricciones de salida; sin embargo, las continuas limitaciones impuestas por Estados Unidos a la entrada de ciudadanos cubanos en ese país incumplían los acuerdos migratorios a los que se había comprometido después del “éxodo del Mariel”. Esta situación llevó a los gobiernos cubano y estadounidense a mantener conversaciones bilaterales, cuyo resultado fue un nuevo acuerdo que normalizó la situación.
En 1996 el Congreso de Estados Unidos aprobó la ley Helms-Burton, que profundizó en el boicot económico ya existente al pretender penalizar a las empresas que mantuvieran relaciones comerciales con otras (filiales o no) radicadas en la isla. La Unión Europea, en clara oposición, presentó una serie de medidas aprobadas por los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros para neutralizar los efectos de esta ley. Esta normativa no ha sancionado todavía a ninguna de las empresas que comercian con Cuba, pero sí ha disuadido a aquellas que desean tener relaciones comerciales con la isla.
En enero de 1998 el papa Juan Pablo II realizó una histórica visita a la isla de Cuba, durante la cual se mostró a favor de un cambio de la política de Estados Unidos hacia la isla por “lesionar a los más necesitados”. Fidel Castro criticó el embargo estadounidense, al que calificó como “genocidio con el que se intenta rendir por hambre al pueblo cubano”. El Papa celebró varias misas multitudinarias, pidió la reconciliación de todos los cubanos y destacó la importancia capital del catolicismo en la formación última de la nación. Asimismo, solicitó la liberación de los presos políticos que llevaran más tiempo en las cárceles cubanas, petición que fue llevada a efecto de manera parcial semanas después por el régimen castrista.
Entre los meses de julio, septiembre y octubre de ese año la isla caribeña se vio sacudida por una serie de desastres naturales: así, cerca de un millón de personas se vieron afectadas por la devastadora sequía que afectó durante los meses estivales a las provincias del Oriente insular (Holguín, Las Tunas, Guantánamo, Granma y Santiago de Cuba). Buena parte de las cosechas se perdieron y la escasez de agua potable obligó al abastecimiento de la población y de la cabaña ganadera mediante de camiones cisterna.
Poco después, el huracán Georges alcanzó, procedente de la República Dominicana y Haití, el territorio cubano, concretamente las ya damnificadas provincias orientales, dejando a su paso grandes inundaciones y destrozos, lo que provocó graves pérdidas en la economía cubana, que vinieron a añadirse a los dañinos efectos de la prolongada sequía.
La ciudad de La Habana fue la sede de la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en noviembre de 1999. Tan sólo acudieron a ella 21 mandatarios, entre los que se encontraba el rey Juan Carlos I, el primer monarca español que visitó la isla, y por diversas razones faltaron cinco presidentes americanos (los de Chile, Argentina, Nicaragua, Costa Rica y El Salvador). Al término de la Cumbre, los asistentes firmaron la llamada Declaración de La Habana, que entre otras afirmaciones instaba al gobierno estadounidense a poner fin a la aplicación de la ley Helms-Burton.
Guerra de Vietnam:
Enfrentamiento militar que tuvo lugar en Vietnam desde 1959 hasta 1975, cuyo origen fue la determinación de las guerrillas comunistas (el llamado Vietcong) de Vietnam del Sur, apoyadas por Vietnam del Norte, de derrocar al gobierno survietnamita. El enfrentamiento desembocó en una guerra entre ambos países que pronto se convirtió en un conflicto internacional cuando Estados Unidos y otros 40 países más apoyaron a Vietnam del Sur, mientras que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y la República Popular China suministraron municiones a Vietnam del Norte y al Vietcong. El conflicto también afectó a Laos, donde el Pathet Lao (comunista) combatió al gobierno desde los años 1965 hasta 1973 y logró derrocar el régimen monárquico en 1975, y también involucró a Camboya, cuyo gobierno se rindió en 1973 ante el grupo comunista Jemer Rojo. (Ver Fracasos de la Guerra Fría)

La Guerra de Vietnam, tercer y último conflicto-tipo del periodo
Antecedentes: revolución e independencia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Indochina era una unión de países bajo dominio colonial francés, formada por Cochinchina, Camboya, Annam, Tonkín y Laos. El proceso de descolonización e independencia se inicia formalmente en 1940 coincidiendo con la ocupación de las fuerzas japonesas sobre el territorio, aunque ya desde el periodo entreguerras habían comen­zado a surgir movimientos nacionalistas, entre los que destacan el Partido Nacional de Vietnam y el Partido Comunista Indochino que llegan a unirse bajo la dirección de Ho Chi Minh.
Cuando Japón es derrotado en 1945, los países de la Indochina francesa buscaron aprovechar la oportunidad para separarse de la unión y proclamar su independencia, en un intento por evitar que los franceses regresasen a recuperar la soberanía colonial. En septiembre de 1945 es derrocado Bao-Dai, quien desde 1926 había gobernado Vietnam como emperador bajo control de Francia, y es proclama­da la independencia de la República Democrática de Vietnam (del Norte) por la Liga Vietminh de partidos nacionalistas que, bajo predominio del Partido Comunista, es encabezada por Ho Chi Minh. Este es elegido como presidente del nuevo país —integrado por Cochinchina, Annam y Tonkín— y establece su gobierno en la ciudad de Hanoi. Por las mismas fechas se independizaron Camboya y Laos cada una por separado, proclamando las repúblicas respectivas. Pero al regresar los franceses en octubre de 1945, estos tres pueblos inician una larga lucha libertaria.Partición de Vietnam.
En principio, Francia dio su reconocimiento al nuevo Estado de Vietnam presidido por Ho Chi Minh, pero la imposibilidad de lograr acuerdos políticos y económicos satisfactorios entre ambos países condujo al enfrentamiento armado, iniciado en diciembre de 1946. Con respaldo de Francia, Bao—Dai instauró el Reino de Vietnam (Vietnam del Sur) enjulio de 1949 y fijó la nueva capital en Saigón (actual Ciudad de Ho Chi Minh). De esta manera el país quedaba dividido en dos partes, una contra la otra.Estados Unidos reconoció oficialmente al régimen de Saigón en 1950 y el pre­sidente Truman envió un grupo de “asesores” militares para adiestrar sudvietnamitas en el manejo de armamento estadounidense. La guerra entre Francia y el Vietminh llegó a su fin cuando las fuerzas de Ho Chi Minh ocuparon la base francesa de Dien Bien Phu, el 8 de mayo de 1954.
Ese mismo día, en busca de una solución diplomática al conflicto, se celebra la Conferencia de Ginebra en la que se reunieron los delegados de Vietnam del Norte y Vietnam del Sur con los de Francia, Gran Bretaña, la URSS, Estados Unidos, China, Laos y Camboya, con el propósito de discutir el futuro de toda Indochina. Los acuer­dos más importantes fueron: la retirada de los franceses de Vietnam y en general de Indochina; el armisticio para Vietnam; la división temporal de Vietnam en dos países separados por el paralelo 17, uno al norte bajo régimen comunista, y otro al sur en manos del gobierno de Saigón; el reconocimiento de la independencia de Vietnam del Norte; se estableció además que en 1956 habrían de celebrarse elecciones para la reunificación del país.
Pero además de que estos acuerdos no fueron cumplidos en su totalidad, esta región pronto empezó a verse involucrada en el conflicto Oriente-Occidente, debido a la expansión del comunismo proveniente de China sobre territorio vietnamita y a la intervención de Estados Unidos para contrarrestarla. Este país brindó ayuda militar al régimen de Saigón y llevó a cabo actividades encubiertas contra el gobierno de Hanoi. En octubre de 1955, Bao-Dai fue depuesto como resultado de un referendum, y se proclamó la República de Vietnam del Sur con Ngó Dinh Diém como presiden­te, con apoyo de la oligarquía latifundista local. Al ocupar el poder, Diém anunció que su gobierno se negaba a realizar elecciones para la reunificación, con el argu­mento de que habría fraude electoral pues la población del Norte no sería libre para expresar su deseo
No obstante, el gobierno comunista de Hanoi proclamó su firme propósito de reunificar el país bajo su hegemonía. La paz acordada en Ginebra comenzó a deteriorarse y, hacia enero de 1957, la Comisión Internacional creada para la aplicación de los acuerdos de Ginebra denunció las violaciones del armisticio, cometidas tanto por Vietnam del Norte como por Vietnam del Sur. A lo largo de ese año, los simpatizantes comunistas que habían emigrado al Norte tras la división del país comenzaron a regresar al Sur. Estos activistas constituyeron el Vietcong (abreviación de Vietnam Con gsan; en vietnamita, “Vietnam Rojo”) y empezaron a realizar sabotajes contra ins­talaciones militares estadounidenses, y en 1959 iniciaron ataques guerrilleros contra el gobierno de Diém. Al año siguiente, para demostrar que el movimiento guerrillero era independiente, el Vietcong creó su propio brazo político, llamado Frente Nacional de Liberación (FNL), con sede en Hanoi.
El gobierno de Vietnam del Sur contó con la ayuda de Estados Unidos, cuyo gobierno firmó en abril 1961 un tratado de amistad y cooperación con este país; en diciembre del mismo año, el presidente Kennedy se comprometió a colaborar para mantener su independencia, amenazada por la expansión del comunismo de la China maoísta. Así empezaron a llegar a Saigón las primeras tropas estadounidenses, aunque se hizo saber que no eran unidades de combate. Diém intentó sin éxito destruir la influencia comunista en su territorio, pero su gobierno no pudo sostenerse mucho tiempo debido a varias razones: su intolerancia con la oposición, su favoritismo hacia los católicos con el descontento de los budistas, y el fracaso de sus programas económicos. Estos factores llevaron a una sublevación que con apoyo de los comunistas del Norte dio en 1963 un golpe de Estado militar que puso fin al gobierno de Diém. En la confusión política que siguió al golpe de Estado, la situación en Vietnam del Sur continuó deteriorándose y en los siguientes dieciocho meses el país tuvo diez gobiernos diferentes. Por fin, en 1965 se formó un Consejo Director Nacional presidido por el militar anticomunista Nguyén Van Thieu, que restauró el orden político; dos años más tarde se celebraron elecciones y Thieu fue electo presidente. Pero aquella inestabilidad había propiciado el avance de los comunistas del Vietcong en Vietnam del Sur y esto preparó el camino hacia la intervención directa de Estados Unidos. Guerra de Vietnam.
A comienzos de 1964, el presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, aprobó el bombardeo sistemático de Vietnam del Norte y el envío de tropas de combate a Vietnam del Sur, con lo que se inició la implicación de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam, que tan nefastas consecuencias trajo en la historia política de este país.En agosto de 1964, fuerzas vietnamitas atacaron naves estadounidenses en el golfo de Tonkín. En respuesta, Johnson ordenó el bombardeo de bases navales y oleoductos de Vietnam del Norte, para defenderse contra cualquier ataque y estar prevenidos para futuras agresiones a las fuerzas armadas estadounidenses. De esta manera, sin que nunca llegara a deciararse oficialmente la guerra, Estados Unidos comenzó a extender su potencial militar sobre un área cada vez más amplia de la península Indochina. Mientras tanto, el FNL empezó a recibir apoyo diplomático y militar de Vietnam del Norte.
Hacia 1965, las fuerzas estadounidenses generalizaron los bombardeos sobre Vietnam del Norte, aumentando el número de tropas de Estados Unidos en Vietnam del Sur, en la confianza de que impondrían su superioridad militar. Pero los bombardeos —que produjeron enormes daños en las cosechas, en las vías de comunicación y en los centros industriales de los dos Vietnam, además de causar la muerte a un millón de civiles— no lograron someter a los rebeldes en Vietnam del Sur, ni consi­guieron que los del Norte dejaran de prestar ayuda al FNL. Durante la campaña de

El efecto de las acciones bélicas de EE.UU. fue màs bien contraproducente al estimular la resistencia nacionalista de los vietnamita. También originò en la propia sociedad estadounidense un fuerte movimiento de rechazo hacia la inter­vención de su gobierno en Indochina, actitud que se relacionó en gran medida con los disturbios sociales ocurridos en los años sesenta en la Unión Americana. En los primeros meses de 1968, el gobierno estadounidense, presionado por la opinión públi­ca de su país, había llegado a la conclusión de que la Guerra de Vietnam no se podría ganar. El 31 de marzo, el presidente Johnson anunció la paralización de los bombar­deos sobre Vietnam del Norte, gesto que encontró una respuesta positiva de Hanoi, y en mayo siguiente comenzaron en París las conversaciones de paz entre Estados Unidos, Vietnam del Norte, Vietnam del Sur y el Frente Nacional de Liberación del Vietcong. Los primeros resultados de las negociaciones fueron negativos a pesar que las incursiones aéreas estaudinenses habían cesado por completo en noviembre de ese mismo año.
volvió a enviar fuerzas militares a Indochina, invadiendo parcialmente a Camboya y Laos, países a los que se había extendido ya el comunismo. Esta nueva intervención tampoco tuvo éxito y, en cambio, dio lugar a que aumentara el rechazo de la pobla­ción estadounidense hacia la presencia militar de su país en Vietnam. Las negociaciones se mantenían estancadas, ya que las propuestas de paz no eran consideradas satis­factorias para las partes en conflicto. Mientras tanto, las acciones bélicas continuaban e incluso se recrudecían y Estados Unidos recurría al uso intenso de bombardeos sobre Vietnam del Norte, sin lograr derrotarlo.
Por fin, el 27 de enero de 1973, las delegaciones de Estados Unidos, Vietnam del Sur, Vietnam del Norte y del Gobierno Revolucionario Provisional (instaurado en una porción de Vietnam del Sur por el FNL) concluían las negociaciones de la Conferencia de París, firmándose unos acuerdos por los que se establecía el cese del fuego y la retirada estadounidense de Vietnam del Sur. En marzo siguiente, los acuerdos se complementaron con otro que preveía la unificación de los dos territorios. Tras la retirada de las tropas estadounidenses, la guerra continuó por dos años más hasta que, en abril de 1975, se consumaba la victoria total del FNL y el fracaso definitivo de los Estados Unidos, con la toma de Saigón y la unión entre el Norte y el Sur,procla­mándose la República Socialista de Vietnam en abril de 1976.
Consecuencias.
La Guerra de Vietnam marcó un hito en la historia militar convencional, tanto por la amplitud del combate guerrillero como por el creciente uso de los helicópteros, que proporcionaron una gran movilidad en terrenos difíciles. Además, fue esencialmente una guerra del pueblo porque la mayor parte de la población civil fue movilizada para algún tipo de participación activa y padeció la situación de guerra casi en las mismas circunstancias que las fuer­zas militares. El amplio uso que hizo Estados Unidos de armas químicas como el napalm, mutiló y mató a miles de civiles; en tanto que el empleo de defoliantes, principalmente el llamado “agente naranja” utilizado para eliminar la cobertura vegetal, no sólo devastó el medio ambiente de un país esencialmente agrícola, sino que dejó perjudiciales secuelas para la salud física de los seres humanos —vietnamitas y estadounidenses— que estuvieron en contacto con ese agente químico.
Como resultado de ocho años de utilización de estas tácticas bélicas, se estima que murieron más de dos millo­nes de vietnamitas, tres millones fueron heridos y cientos de miles de niños quedaron huérfanos. La pobla­ción refugiada se ha calculado en 12 millones dc personas; entre abril de 1975 y julio de 1982 aproximadamente 1 218 000 refugiados fueron reubicados en más de 16 países; otros 500 000 intentaron huir de Vietnam por mar, pero murió aproximadamente entre 10 y 15%, y los que sobrevivieron se enfrentaron más tarde con las trabas y cuotas de inmigra­ción incluso en aquellos países que habían aceptado acogerlos.Las pérdidas humanas estadounidenses alcanzaron la cifra de 57.685, además de 153.303 heridos. En el momento del acuerdo de alto al fuego había 587 prisioneros de guerra entre militares y civiles, los cuales fueron posteriormente liberados en su totalidad; sin embargo, una estimación actualizada no oficial calcula que todavía quedan unos 2.500 desaparecidos.
La Guerra de Vietnam también fue un hito en la historia de Estados Unidos. La derrota constituyó un golpe profundo al orgullo estadounidense y a la creencia de que su nación era invencible; afectó la confianza de los ciudadanos en su sistema de gobierno y se sintieron engañados por los líderes políticos que su voto había llevado al poder, pues les habían dado informes falsos acerca de la guerra. Este sentimiento se hizo extensivo a los soldados que regresaban de Vietnam quienes. heridos física y moralmente, no fueron bienvenidos en su patria, ni recibieron tratamiento de héroes. Muchos de esos soldados pasaron por grandes dificultades para conseguir trabajo y readaptarse a la vida familiar; de acuerdo con datos del Departamento de Veteranos, medio millón de ellos sufrían problemas psicológicos relacionados con las experiencias de la guerra. El síndrome de Vietnam dejó huellas imborrables en toda una generación de jóvenes y en sus familias, tanto por los daños físicos producidos por las heridas de guerra y la exposi­ción a los agentes químicos, como por el efecto psicológico provocado por el terrible recuerdo de la muerte y sufrimientos de numerosos civiles vietnamitas indefensos.
En el ámbito político internacional, la Guerra de Vietnam trajo consigo el desprestigio para Estados Unidos, en un mundo conmocionado por las imágenes que recibía a través de la televisión y de la prensa escrita, acerca de una guerra que se prolonga inútilmente por la presencia de Estados Unidos. En cambio, el bloque comunista salió fortalecido con la integración de un nuevo país miembro en un área de influencia de gran valor estratégico.

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